No hay ciudad de la provincia que no haya acusado recibo de la pandemia en su actividad comercial. Desde marzo de 2020 se completan párrafos, segundos de radios y TV y se exponen fotografías en las redes sobre la nueva fisonomía de los corredores mercantiles a cielo abierto que, incluso en un escenario donde se intenta promover la «nueva normalidad», no consiguen recobrar el esplendor previo a la irrupción del coronavirus.
Aunque los especialistas que repasan las nuevas conductas hablan de una población que se queda más en casa, opta por salidas cortas, el delivery y la escapada a los comercios de cercanía, la dimensión humana ocasionada por la crisis en el comercio minorista impacta al conocer las cifras, y le suma dramatismo a los números de fallecidos y pacientes en camas críticas que ocasiona el Covid 19. En Rosario el panorama es complicado.
«La pandemia nos pegó durísimo y profundizó las cesantías que ya se venían manifestando a partir de la recesión económica que dejó el macrismo», expresa con crudeza Juan Gómez, secretario general de la Asociación de Empleados de Comercio de Rosario (AEC), en contacto con Mirador Provincial. La entidad tiene jurisdicción en los departamentos Rosario y San Lorenzo, precisamente dos distritos que en último tiempo experimentaron mayores restricciones en el marco de la segunda ola de contagios que saturaron las unidades de terapia intensiva
De acuerdo a lo planteado por el gremialista «son 1.500 los despidos registrados en nuestra área de cobertura desde marzo del año pasado cuando comenzaron las restricciones sanitarias que impactaron sobre el comercio». Cualquier rosarino puede corroborar el fenómeno con locales cerrados a cada paso, situación que es más evidente en las zonas mercantiles tradicionales. El microcentro es la zona más afectada por la menor circulación a partir de la instauración del home office que sacó a la gente de las oficinas. Pero la cuestión no es privativa de las manzanas que se ubican dentro de los límites de los bulevares. En los barrios el panorama también es desolador.
«Los que han cerrado son pequeños y medianos comercios en su mayoría. Negocios cuyos titulares se quedaron sin espalda producto de las sucesivas crisis. La pandemia de coronavirus fue el golpe de gracia para el mundo mercantil, en muchos casos», analizó Gómez. De acuerdo a la AEV otros 3.500 puestos se perdieron durante la gestión de Mauricio Macri, en un proceso de pérdida de empleo que se aceleró sobre el cierre de la presidencia del referente de Juntos por el Cambio.
«Yo fui empleado del comercio hasta que el pasado lunes 3 de mayo, al presentarme a trabajar junto con mis compañeras, nos encontramos con el negocio vacío y con la cerradura cambiada». El término corresponde al empleado de una juguetería emblemática que operó hasta finales de abril en pleno Paso del Siglo. Durante 40 años El Globo Rojo fue sinónimo de empresa familiar en un rubro que aparece en Rosario cada vez más concentrado. Según se explicó desde la Cámara de Jugueterías, la administración del negocio decidió bajar las persianas intentando cumplir sus obligaciones con los empleados, aunque la versión del personal es diferente: les deben el salario de abril y las liquidaciones finales.
Desde el sindicato de Empleados de Comercio aseguran que hay realidades disímiles. «No todos los procesos de cierre son tranquilos. Hay varias situaciones que estamos dirimiendo en el Ministerio de Trabajo de la provincia con trabajadores que reclaman las compensaciones que les corresponden por los años de desempeño en un puesto de empleo. Es que también hay que decirlo, las complicaciones financieras para algunos comerciantes los llevan incluso a tener dificultades para abonar las indemnizaciones», precisó Gómez.
Las historias alrededor de negocios chicos contrastan con el impacto mediático que genera que se bajen las persianas de comercios más grandes. En la semana sonaron los redoblantes sobre la peatonal Córdoba en la puerta de una de las cuatro sucursales rosarinas de Garbarino. La cadena de electrodomésticos decidió cerrar por limpieza todos sus emplazamientos en la Cuna de la Bandera durante el fin de semana, aunque lo que se pensaba como algo temporal derivó en la decisión de la empresa de partir de Rosario, con la promesa de reabrir en el futuro en superficies más pequeñas.
«En ningún momento se nos comunicó nada ni al gremio ni a los trabajadores que no cobraron los sueldos de abril», planteó el titular de la AEC sobre el presente de los más de 50 empleados de la casa de electrodomésticos que a nivel nacional presenta una crisis en sus cuentas con gran cantidad de cheques rechazados y cierre de locales en varias de sus plazas. Lo cierto es que se sobre este conflicto intervino el Ministerio de Trabajo de la Nación y no se esperaban novedades en las próximas horas.
La peatonal Córdoba, además, tiene otro gran protagonista a punto de retirarse. Falabella, tienda de origen chilena encaró un proceso irreversible de retirada de la Argentina y en Rosario dejará cerrado un edificio histórico que es símbolo de la actividad comercial. La esquina de Sarmiento y Córdoba donde funcionó La Favorita está a punto de quedarse sin inquilinos y hay toda una ciudad detrás de un plan para evitar que el inmueble sea preso de la oscuridad.
«Por qué no soñar con un gran paseo que tenga como protagonistas a las marcas rosarinas que son ícono del comercio local», sostuvo Juan Benzi, titular de la cadena de jugueterías Gulliver, quien junto a otro empresario de peso, Nelson Graells, dueño de Sport 78, se puso al hombro el lobby con autoridades municipales y los herederos de los fundadores de La Favorita, que son los dueños del edificio que está bajo ordenanza de protección patrimonial.
La negociación se mantiene en reserva y al día de hoy poco se sabe si hay chances ciertas de que se genere el consorcio que pueda solventar el alquiler que trascendió alcanza a los 6 millones de pesos mensuales. «Más allá de lo que pueda ocurrir en el futuro con el inmenso inmueble de La Favorita, la alternativa de cerrarlo será un golpe letal para el resto de los locales del microcentro», añadió Benzi.
La peatonal sumó otras retiradas en las últimas semanas. La sastrería Al Elegante con décadas de historia también decidió el cierre irreversible luego de presentar la quiebra en los Tribunales.
Shopping en crisis
El sindicato mercantil difundió en los últimos días otro dato complejo: el mall más viejo de Rosario suma la friolera de 55 locales cerrados de un total de 160. La situación que atraviesa el shopping Portal Rosario, ubicado en la zona norte de la ciudad no es nueva y se desencadenó de forma progresiva antes de la llegada del coronavirus. «Lo cierto es que el panorama desolador se profundizó con el Covid. El paseo luce descuidado, no funcionan las escaleras mecánicas y está prácticamente sostenido por las dos tiendas ancla que pertenecen a los mismos gerenciadores del complejo», explicó Gómez.
El caso del Portal derivó en un comunicado del holding chileno Cencosud -propietario del shopping- que anunció un plan de reactivación del que no brindaron mayores detalles pero que apunta a refuncionalizar los espacios y darle valor a las áreas que siguen funcionando con importante respuesta de los clientes: el hipermercado, el homecenter y un gimnasio recientemente inaugurado.
La dimensión humana ocasionada por la crisis en el comercio minorista impacta al conocer las cifras, y le suma dramatismo a los números de fallecidos y pacientes en camas críticas que ocasiona el Covid 19. En Rosario el panorama es complicado.