El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, volvió a ser objeto de versiones de prensa no corroboradas oficialmente según las cuales estaría en estado vegetativo o habría muerto, cinco días después de que trascendiera, también sin confirmación, que supuestamente estaba grave como consecuencia de una cirugía.
La supuesta muerte de Kim fue divulgada este sábado por el diario digital estadounidense TMZ, especializado en noticias sobre celebridades, que aclaró que no había podido confirmar la versión.
Kim también fue dado por fallecido por Qin Feng, subdirectora de la televisora HKSTV, de Hong Kong, en su cuenta en Weibo, una red social china similar a Twitter en la que tiene unos 15 millones de seguidores, según el diario español Marca.
En cambio, el semanario japonés Shukan Gendai afirmó que el líder norcoreano estaba en estado vegetativo tras haber sido sometido a una cirugía semanas atrás.
El lunes pasado, el diario surcoreano Daily NK publicó que Kim estaba grave tras una intervención quirúrgica cardíaca, al parecer como consecuencia del “tabaquismo, la obesidad y el sobreesfuerzo”.
Inmediatamente, la televisora estadounidense CNN dijo que el gobierno de Estados Unidos trataba de confirmar informaciones de que Kim estaba en “grave peligro después de una cirugía”.
La versión fue desestimada horas después por el vocero presidencial de Corea del Sur, Kang Min-seok, quien indicó que Seúl no había detectado “actividad inusual” en su vecino del norte y por lo tanto no había “nada que confirmar”.
Sin embargo, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Robert O’Brien, dijo el martes a la televisora Fox que Washington estaba “siguiendo esas informaciones muy de cerca”.
Este viernes, numerosos medios se hicieron eco de un despacho de la agencia Reuters según el cual China había enviado tres expertos médicos a Pyongyang para asesorar sobre la salud de Kim.
Las versiones sumaron temor a una aguda inestabilidad política en Corea del Norte, que posee un arsenal de armas atómicas con el que amenazó con atacar a Estados Unidos en medio de estancadas negociaciones nucleares con el presidente estadounidense, Donald Trump.
No es la primera vez que se especula con el estado de salud de los líderes del régimen norcoreano ante el tradicional secretismo que rodea a la familia Kim.
En 2014, Kim -de quien ni siquiera se sabe con precisión la edad; se supone que tiene entre 36 y 37 años- no apareció en público durante unos 40 días, generando todo tipo de conjeturas antes de reaparecer con una renguera, tras lo cual la inteligencia surcoreana aseguró que se había operado un tobillo.
Las últimas versiones llegaron luego de tres ausencias notables de Kim en diferentes eventos de peso, empezando por la sesión de la Asamblea Popular Suprema (parlamento) que se celebró -sin explicación- con dos días de retraso, el 12 de abril, y sin que el líder norcoreano estuviera presente.
Los medios del hermético país comunista tampoco hablaron de su presencia en un ensayo armamentístico que se llevó a cabo el 14 de abril y no lo mostraron participando en la tradicional visita al mausoleo donde reposan los restos de su abuelo, Kim Il-sung, el 15 de abril.
Medios estatales norcoreanos dijeron desde entonces que Kim saludó a los presidentes de Siria, Bashar Al Assad, y de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y medios surcoreanos afirmaron que se encontraría en estos momentos fuera de la capital, cerca de Wonsan,en la costa oriental.
Los rumores coinciden, además, con la pandemia de coronavirus.
Aunque el régimen norcorano insiste en que no detectó ni un solo caso de Covid-19 en su territorio, muchos expertos creen que pudo propagarse por el país debido, por ejemplo, a su escasa capacidad para testar a sus ciudadanos.