Tres factores encienden las alarmas de Argentina y los mercados emergentes
La tasa estadounidense a 10 años se ubica en 1,75%, su mayor nivel en un año. El dólar en el mundo deja de caer y sube 4% en 2021, y las materias primas hacen una pausa. Todas señales amarillas para los mercados emergentes.
Algunas nubes negras asoman para los mercados emergentes. Las dinámicas positivas que se dieron el año pasado han comenzado a revertirse y ya representan una amenaza tangible para los bonos y acciones de esos mercados. La Argentina también vive una dinámica negativa, y si bien los analistas coinciden en que los retrocesos de sus activos financieros responden más a cuestiones domésticas, también alertan que mayores complicaciones desde el frente externo podría vapulearlos aún más.
Los riesgos sobre el mundo emergente no pasan inadvertidos. Al hecho de que la tasa del bono del Tesoro de Estados Unidos a 10 años subió hasta 1,75%, el nivel más alto en un año, se suma un escenario en el que el dólar ha dejado de caer y acumula una suba del 4%, lo cual genera presión bajista para las materias primas. Esto tiene un natural impacto en los emergentes y en las acciones de dichos países.
«Además de las condiciones financieras globales menos laxas y los desafíos sanitarios y económicos que todavía genera la pandemia, para los mercados emergentes han surgido en la última semana nuevos focos de preocupación», explica Jorge Viñas, head portfolio manager de AdCap Asset Management.
«El derrumbe de la lira turca tras el despido del presidente del Banco Central de ese país por parte del presidente Recep Tayyip Erdogan, es otro factor de inestabilidad y de riesgo de contagio que puede alejar a los inversores de mercados emergentes. Por otro lado, se perciben las primeras señales de corrección en el complejo de commodities, en un contexto en el que la firmeza de materias primas era el principal sostén de los fundamentos de los países latinoamericanos», agregó.
Tasas y dólar al alza, materias primas en baja
La 10Y del Tesoro de Estados Unidos arrancó en 2021 en 0,9% y ya está operando en 1,75%, alcanzando así, su mayor nivel en un año, alentado por expectativas de inflación y una economía norteamericana en crecimiento.
Una suba de tasas representa una amenaza para los mercados emergentes ya que los fondos a nivel global buscan volver a Estados Unidos para aprovechar el escenario de tasas al alza. De esta manera, desarman posiciones en activos en moneda local y se dolarizan, generando una suba del tipo de cambio en cada país emergente y alienta a otros desequilibrios macroeconómicos a nivel local.
El ciclo inverso se dio el año pasado ya que los inversores buscan rendimientos en otros mercados que ofrecían mayores tasas, siendo los emergentes los más beneficiados.
Por otro lado se observa una suba en el dólar a nivel global. El año pasado supo retroceder 13% desde el techo de marzo hasta el piso de comienzo de año. Pero en lo que va del año, el dólar index sube 4%.
Una suba del dólar representa una variable de presión para las monedas de los mercados emergentes, tendientes a devaluarse. Si la dinámica alcista del dólar persiste, las presiones sobre las monedas de emergentes y sus respectivas economías podrían acelerar su deterioro.
De hecho, mientras el dólar index sube 4%, todo el resto de las monedas de emergentes muestran una devaluación en lo que va del año. La lira turca es, de ellas, la que más se devalúa, con un salto del dólar del 10%. Le siguen Brasil y la Argentina (dólar oficial), países en los que el billete subió 9,6% y 8,5% respectivamente en lo que va del año.
Otra de las señales de alerta que comienzan a advertir los analistas es que las materias primas han detenido el avance en las últimas semanas. El índice de commodities general (DBC), registra su tercera semana consecutiva de caída mientras que el índice de materias primas de agricultura cae 5% en el último mes. El petróleo se ubica cerca de un 10% debajo del máximo reciente. Las acciones de emergentes, por su parte, operan 8,6% debajo de los máximos que alcanzaron en este último período.
Manuel Carpintero, portfolio manager de Nash Inversiones, explicó que se puede ver la alta correlación que han guardado las acciones de mercados emergentes (EEM) con los commodities (trackeados, por ejemplo, por el DBC de Invesco).
«La explicación detrás de esta dinámica tiene que ver con que la mayoría de las economías emergentes son dependientes en gran medida de las exportaciones de commodities. En los últimos 12 meses, las acciones emergentes subieron 60% con los commodities escalando 45%. Una pausa (o corrección) en commodities, muy probablemente genere un movimiento similar en acciones emergentes», afirmó Carpintero.
Por otro lado, alentado por la suba de tasas a nivel global y el resto de las variables mencionadas, los bonos de emergentes también caen 7,5% desde su techo más reciente.
Carpintero aclara también que existe una clara la correlación negativa entre bonos emergentes (EMB) y la tasa de 10 años de Estados Unidos.
«En esta última suba de tasas (35 semanas) la correlación ha tendido a ir cercano a cero, ya que las caídas en bonos emergentes ha sido moderada en relación al rally en las tasas en un contexto donde las primas de riesgo de emergentes se han achicado. Creo que si el rally en las tasas continúa, los bonos emergentes deberían continuar cayendo, esta vez con más fuerza«, sostuvo el portfolio manager de Nash.
Martín Polo, estratega jefe de Cohen, dijo que si bien es cierto que se está viendo una suba de tasas en EE.UU., dicho proceso se da gracias a que se está viendo una economía estadounidense en crecimiento.
«Una suba de tasas en EE.UU. le está dando soporte al dólar a nivel global y hace que las materias primas interrumpan su dinámica alcista. De todas maneras, el panorama para emergentes en general sigue siendo favorable ya que la suba de tasa se da por una buena razón, es decir, una normalización de la economía y que la actividad va tomando mayor envión. Vamos a ver que Estados Unidos va a crecer a tasas chinas, y va a permitir que todo el resto de los países mejoren sus perspectivas de crecimiento, incluyendo emergentes», explicó.
«Las materias primas dejaron de subir pero se mantienen en niveles altos. Para emergentes, en términos macroeconómicos debería ser un buen año y no están en una situación delicada como para anticipar que se les avecina una crisis importante. Aun así, hay muchos países en los que la pandemia dejó gobiernos débiles y con potenciales crisis políticas, como el caso de Brasil. Este escenario les dejó un contexto de incertidumbre a los inversores», agregó Polo.
Argentina en su propia dinámica
Si bien los flujos, la suba de tasas, y los comportamientos del dólar y de las materias primas son importantes para Argentina, hay cierta coincidencia en que la dinámica sobre los activos locales dependen mayormente por factores de índole local y menos de variables internacionales. Sin embargo, si las materias primas generan un proceso correctivo y las monedas de emergentes amplían su devaluación, los riesgos para la economía y activos locales podrían agravarse.
Martin Polo dice que la Argentina es vulnerable a un contexto internacional adverso. «Así como le favorece a la Argentina una soja en u$s 500 y una recuperación global, también es vulnerable a que ese escenario no se dé. Si por ejemplo, el real se devalúa y Brasil, en vez de crecer 3%, cae 1%, el impacto en Argentina se va a sentir. Aun así, creo que hoy Argentina está jugando su propio partido de estabilidad cambiaria y monetaria, con el Gobierno intentando mantener dicha calma lo más que pueda», afirmó.
El economista jefe de un banco local advirtió que Argentina suele acompañar los malos momentos de los mercados y se desentiende de los buenos momentos.
«Una suba de tasas más abrupta, junto con un rebote mayor del dólar podría poner en jaque a los activos argentinos así como también sobre el tipo de cambio. Cuando Wall Street sube y el dólar en el mundo cae, Argentina no se beneficia de dicho contexto. Sin embargo, cuando los mercados caen, en general Argentina acompaña el negativismo global. Hay cuestiones macro que hacen que Argentina viva su propia historia. Sin embargo, vemos a la suba de tasas y devaluaciones de emergentes como un riesgo. No sería positivo ver una devaluación del real, por ejemplo», advirtió.
Los bonos argentinos operan con tasas por encima 20% mientras que las acciones argentinas se ubican muy cerca de los mínimos de octubre y marzo de 2020. No se han visto flujos hacia activos locales debido a la falta de drivers positivos que alienten a los inversores a comprar riesgo local. Por ello los analistas coinciden en que hasta que dichos drivers no sean corregidos, la Argentina seguirá fluctuando en base a sus propias variables.
Joaquín Bagües, head of strategy de Portfolio Personal Inversiones (PPI), coincidió en que la dinámica de las variables y activos argentinos depende más de cuestiones locales que de factores internacionales.
«Los mercados emergentes se encuentra atentos entre una mayor velocidad de dinero de los mercados desarrollados, provocando una ruptura de la inflación, y las variantes del coronavirus que provocan escenarios de deterioro económico. La Argentina, por su parte, se encuentra pricenado su propia historia, siendo evidente la independencia del movimiento frente a los eventos de Turquía y Brasil», dijo el estratega de Portfolio Personal Inversiones (PPI).
Manuel Carpintero coincidió con el estratega de PPI en que la Argentina luce menos vulnerable a los ciclos de acciones y bonos de emergentes.
«Sus bonos cotizan con un enorme descuento, y los drivers que determinan los precios tienen más que ver con cuestiones políticas y de solvencia del país, y menos con los movimientos en la tasa libre de riesgo«, comentó.
«Somos el mejor Gobierno de la historia mal que les pese a los econochantas», dijo el Presidente.
El presidente Javier Milei celebró hoy el dato de inflación de enero, que se situó en 2.2% mensual y afirmó que es “el mejor Gobierno de la historia, mal que les pese a los econochantas”.
“VAAAAAAAAMOOOOOO TOTO…!!! IPC ENERO 2,2%. Fin”, expresó el presidente en una publicación en la red social X.
En un video, dijo que “hoy se conoció la inflación de enero, la misma fue de 2,2% es el nivel más bajo desde el año 2020, la inflación más baja de los últimos 5 años”.
“Si limpias los efectos de la pandemia que la tenía artificialmente deprimida, es la más baja desde 2018”, afirmó.
Además dijo que “a inflación en bienes fue de 1,5%, es decir donde vos no miras el efecto de las tarifas atrasadas que dejó el Gobierno anterior” y “si miras la canasta básica fue de 0,9%”.
“Es decir, en bienes y canasta básica argentina tiene deflación en dólares, ya que el crawling peg estaba en 2%”, aseguró.
En este contexto, el presidente dijo que “seguimos haciendo historia”.
“Somos el mejor Gobierno de la historia, mal que les pese a los econochantas y al conjunto de mandriles que quieren que a Argentina le vaya mal”, concluyó.
El denominado crawling peg se reducirá del 2% al 1% mensual.
El Banco Central reducirá del 2% al 1% mensual el ritmo de depreciación del peso a partir de este lunes, con el objetivo de seguir bajando la inflación.
Este cambio se produce en un contexto de menor costo de vida, recorte de la tasa de interés y una apreciación acumulada del tipo de cambio en los últimos meses.
Será el arranque de la tercera fase del plan de Javier Milei que debería desembocar en un levantamiento del cepo cambiario.
La Fase 1 del plan consistió en alcanzar el déficit fiscal cero del Tesoro y eliminar el déficit cuasifiscal del BCRA.
La 2, iniciada en julio del año pasado, se centró en la «emisión cero» del BCRA para financiar ese déficit y en mantener una tasa de devaluación del peso frente al dólar en el mercado único libre de cambios (MULC) del 2% mensual.
En esta Fase 3, la tasa de crawling peg se reduce al 1% mensual como paso previo a la eliminación del cepo cambiario.
El objetivo es lograr una mayor reducción de la inflación, por ello, el BCRA disminuirá a la mitad el ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial, que pasará del 2% al 1% mensual.
El dólar oficial cerró el viernes en $1.053, mientras que el paralelo finalizó por tercer día consecutivo en $1.220 para la venta.
En enero, el precio del billete informal cayó 10 pesos, un 0,8% respecto de los $1.230 del cierre de diciembre de 2024.
Por su parte, los dólares financieros alternativos cayeron hasta cinco pesos a lo largo del mes, en un mercado intervenido por el BCRA y con la oferta adicional del «dólar blend», por el cual el 20% de las exportaciones se liquida a través de activos bursátiles.
En tanto, el dólar MEP finalizó en $1.169,23, mientras que el dólar CCL cerró en $1.180,81, frente a los $1.185,64 de diciembre de 2024.
El dólar mayorista finalizó en $1.053,50, con un incremento de $1,50 en el día.
Durante la última semana, el tipo de cambio oficial subió $4,50 (0,4%), y en el primer mes del año aumentó $21,50 (2,08%). Con un dólar libre a $1.220, la brecha cambiaria quedó en 15,8%.
Esta medida, anunciada por el BCRA tras conocerse el dato de inflación del 2,7% en diciembre, busca desacelerar la variación de precios y perforar el piso del 2%. Sin embargo, consultoras privadas estiman que esto se logrará recién en mayo, con una inflación mensual del 1,9%, según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del BCRA.
El equipo económico esperó que la inflación mensual rondara el 2,5% durante un trimestre para desacelerar la depreciación del peso. Según la hoja de ruta trazada a fin de 2024, si la inflación sigue bajando otro trimestre, el crawling peg podría desaparecer, dando paso a un nuevo esquema cambiario.
El avance de esta etapa dependerá, entre otros factores, del resultado de las negociaciones con el FMI para un nuevo programa de financiamiento. Se habla de un préstamo de entre US$ 10.000 y US$ 15.000 millones, lo que permitiría al BCRA contar con reservas netas positivas y eliminar el cepo cambiario.
A nivel local, el BCRA redujo la tasa de política monetaria del 32% al 29%, continuando con un ciclo de recortes iniciado el año pasado, cuando la tasa estaba en 120% anual.
Este proceso, diseñado por Milei, el ministro de Economía Luis Caputo y el titular del BCRA Santiago Bausili, es clave para continuar bajando la inflación.
Deberán rendir el examen de idoneidad para determinar si continúan en el cargo.
El Gobierno finalmente decidió renovar los contratos de unos 40.000 empleados públicos de la administración nacional, aunque solo por tres meses.
Se tratan de aquellos que no integran la planta permanente estatal.
Desde que asumió, la gestión de Javier Milei viene renovando estas contrataciones de forma precaria, cada tres meses, para definir qué porción de los trabajadores mantiene su puesto y cuáles son despedidos.
Lo hará otra vez ahora con nuevas prórrogas hasta fines de marzo a la espera de que estos empleados realicen un examen de idoneidad para pasar a un régimen de mayor estabilidad.
Unos 40.000 empleados siguen contratados bajo el artículo 9° de la Ley Marco de Regulación del Empleo Público Nacional que establece regimenes por un tiempo determinado por servicios transitorios o estacionales.
A todos se les venció su convenio el último día del 2024, pero en las distintas dependencias se están firmando renovaciones por otros tres meses.
Se espera que esta sea la última prórroga, ya que se dispuso que todos deberán rendir la Evaluación General de Conocimientos y Competencias, un “examen de idoneidad” con un cuestionario dividido en tres categorías: comprensión lectora, razonamiento lógico matemático y administración pública.
De los empleados contratados, a partir de marzo seguirán los que cumplan con dos condiciones: el examen de idoneidad aprobado y que sus jefes consideren que la persona cumple una función necesaria para el área, indicaron fuentes oficiales.
Hasta ahora rindieron el examen 14.000 empleados, y el 95% aprobó.
La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) denunció que no son 40.000 sino más de 55.000 los empleados a los que se les venció su contrato el 31 de diciembre.
Contabilizan también los monotributistas bajo locación de servicios y los 2.400 empleados que dependían de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara), un ente cooperador del Ministerio de Justicia para agilizar los trámites en los registros del automotor.
El Gobierno ya anunció que va a desvincular a los trabajadores que tengan un convenio a través de Acara.
En ATE señalaron que con el cambio de año “se detectaron los primeros despidos en el Ministerio de Justicia, en el Instituto Obra Social de las Fuerzas Armadas (Iosfa) -la obra social de los uniformados- y en Parques Nacionales”.
En el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, ubicado en la ex-ESMA, 87 empleados recibieron un mensaje por WhatsApp el 31 de diciembre en el que se les comunicaba que ya no debían presentarse a trabajar.
El Gobierno publicó dos nuevos decretos para congelar la plata de la administración nacional y limitar el ingreso de personal nuevo al sector público.
En el último Boletín Oficial de 2024, Milei y Sturzenegger firmaron los decretos 1148/24 y 1149/24.
Allí se fija que “las entidades del Sector Público Nacional no podrán efectuar designaciones ni contrataciones de personal de cualquier naturaleza”.
Esa prohibición abarca a las designaciones en las plantas transitoria, las contrataciones bajo el paraguas del “artículo 9°” y las contrataciones para la prestación de servicios profesionales autónomos.
Excepcionalmente, se podrán prorrogar las designaciones transitorias y de contratos firmados el año pasado.
Cualquier alta nueva excepcional en un organismo público deberá estar respaldada por la baja de tres empleados “cualquiera fuera la causal, producidas a partir de una renuncia, jubilación o desvinculación”.
El decreto 1149/24, en tanto, establece que, a partir del 1 de marzo de 2025, quienes aspiren a ingresar al sector público deberán aprobar el examen de idoneidad implementado previamente para los empleados existentes.
Este examen también será obligatorio para las empresas con mayoría accionaria estatal.