El decreto implica ratificar un acuerdo firmado por Nación, en el que el gobierno santafesino ya puso su rúbrica y envió a Buenos Aires, que ahora debe devolverlo con su aprobación. Si el documento llega por la mañana, este martes el conflicto probablemente estaría solucionado. Pero si se retrasa hasta última hora, eso podría dilatar la cuestión un día más. Desde la Secretaría de Transporte provincial comentaron que gestionan que la llegada sea lo más rápida posible.
Los 217 millones corresponden a abril, y están arribando con un pequeño retraso que a esta altura ya es habitual, aunque no llegan a las eternas demoras que el año pasado provocaron 87 días de servicio interrumpido por huelgas de los trabajadores, generadas por el uso de un presupuesto prorrogado desde los tiempos de Mauricio Macri que enlentecía la fluctuación de los subsidios. La sanción de un nuevo presupuesto que fija un techo de hasta 20.500 millones para el transporte del interior mejoró la situación, aunque sigue habiendo inconvenientes.
Se especula que el fallecimiento del ministro de Transporte de la Naión, Mario Meoni, provocó algunas demoras propias de un cambio de mando y el desembarco de Alexis Guerrera en el cargo. Y desde la provincia creen que de ahora en adelante debería haber una normalización de los plazos, aunque el convenio no tiene una periodicidad que permita prever situaciones de antemano. Luego del acuerdo que se hizo por enero, febrero y marzo, esta renovación comprenderá montos a recibir en concepto de abril y mayo. Junio será materia de otra prórroga.
El paro
El conflicto se generó la semana pasada, cuando los afiliados a UTA definieron en asamblea comenzar un paro por tiempo indeterminado desde el sábado por haber percibido solo un 50 por ciento del sueldo de abril a mitad de mes. Esa mitad del salario fue abonada con fondos provistos por provincia y municipio, que adelantaron subsidios y el Fondo Compensador del Transporte como muestra de voluntad.
Además, el viernes las empresas transfirieron una suma fija por trabajador, pero no alcanzó para que los choferes cambien de opinión. “Hasta que no esté la totalidad del sueldo en las cuentas no volveremos a trabajar”, dijo Sergio Copello, secretario general de la delegación Rosario del gremio, quien explicó que además del 50 por ciento del salario, a los trabajadores también se les adeuda “una suma no remunerativa que depende de la antigüedad, viáticos y cinco mil pesos de cuota paritaria del año pasado”.
Basado en la experiencia de 2020, el sindicalista se mostró escéptico respecto de los plazos que se barajan, por el momento, de forma potencial. “No tengo certeza de cuando llegaría. El año pasado nos comimos varios amagues de fechas que luego no se cumplieron”, aseguró. Y se quejó porque “hace más de 14 meses que no cobramos en tiempo y forma”. “En algunos terminamos de cobrar el día 12 o 15, en el mejor de los casos”, detalló.
Subsidios
Según datos oficiales, con el objetivo de que el boleto no se vaya por las nubes, entre Nación y provincia desembolsaron 1800 millones de pesos en el transporte de línea en lo que va del año, lo que implica 70 mil pesos por mes por trabajador sin contar el Fondo Compensador del municipio. Si se tiene en cuenta que actualmente, un chofer que recién ingresa a trabajar cobra un sueldo bruto de 80 mil pesos, puede verse que los salarios están en gran parte subsidiados. Por eso, desde el área apuntan a la responsabilidad de las empresas para entender el conflicto.
“La relación laboral no es entre el Estado y los trabajadores de UTA. Es entre las empresas y los choferes. Este paro no se hizo antes porque provincia adelantó fondos y la mitad del sueldo pudo pagarse el cuarto día hábil. Las empresas evidentemente no pueden hacer frente a la otra mitad del salario”, dijo el secretario de Transporte provincial Osvaldo Miatello.
El funcionario admitió que “entiendo y es claro que hubo una baja fuertísima de la recaudación, pero eso ya viene desde hace un año. Evidentemente no hay espalda para aguantarlo, porque hay certeza de que la plata está, entra eventualmente, pero no pueden cubrir la espera y luego recuperarla”, lamentó. Actualmente, los salarios representan el 60 por ciento del costo del sostenimiento del sistema. El resto son gastos operativos, como combustible y mantenimiento de las unidades.