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Salud

Los miedos, la alegría, los mitos de la gente al momento de la aplicación, relatado por cuatro vacunadoras

El relato de la vivencia en los vacunatorios cuando ya fue inoculado el 30% de la población

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Cuentan que la gente pregunta por la vacuna, y que a veces se retiran porque  no es la que buscaban. Ayudan a desarmar mitos construidos por los medios. Reconocen que los adultos mayores reaccionan con alegría, pero los jóvenes llegan enojados.

Aplicar la dosis. Despejar las dudas. Equilibrar la emoción. Esa ecuación se juega a diario en el operativo de vacunación masiva contra el coronavirus montado en unos 15.800 vacunatorios en todo el país. Ya se vacunó con una dosis casi el 30% de la población, casi 13 millones de personas, y con el arribo de las 934 mil dosis, hoy lunes, se alcanzará la cifra de casi 20 millones de vacunas recibidas. La dimensión impacta. Es histórico. Y desmadeja, dosis tras dosis, las dudas enredadas en telarañas de desinformación. “Emociona, porque es un proceso de esperanza, porque la gente viene con esperanza a vacunarse, pero asustada –comparte Romina Luengo, vacunadora de Tecnópolis–, y se van contentos porque les explicamos todo, eso los tranquiliza”.

Como gesto colectivo, el proceso de vacunación evidencia un cambio respecto a sus inicios, allí reside su épica, evoluciona hacia una salida a esta crisis. Esto sostienen las personas encargadas de llevarlo adelante. Vacunadores y vacunadores expresan satisfacción por “ser parte”. “Somos privilegiados”, enfatizan. “Yo defiendo la vacuna con mi vida» describe Paola Prieto, vacunadora y enfermera a cargo del dispensario de vacunas de Quilmes. «Nos empodera como sociedad», define. Ese espíritu las anima.

“Es que, si nos vacunamos todos, acabamos con la pandemia, y la vacuna será una más del calendario, y vamos a poder juntarnos, abrazarnos, y viajar, todo lo que hoy nos reclaman algunas personas” subraya Romina que es enfermera egresada de la Universidad de José C. Paz. Por ahora “lo importante es la conexión con las personas, despejar las dudas, y desarmar el miedo que muchas traen” aporta Mariela Ferrando, vacunadora, licenciada en kinesióloga y docente universitaria.

Alejadas de la animosidad de la grieta política, de los manejos mediáticos, y del cada vez más débil –en Argentina– movimiento antivacunas, cuatro vacunadoras explican a Página/12, cómo transitan la tarea de inmunizar a la población. Con decisión, compromiso, y la convicción de “protegernos de esta tragedia” describe Mariela quien vacuna en el Centro de Rehabilitación anexo al Hospital Milstein, en CABA.

Hasta el momento, este es el salvoconducto a una normalidad que, ya no será la misma, pero porta –vacuna mediante–, un amparo contra la letalidad del virus. Lo sostienen quienes vacunan, enfermeras, kinesiólogos, promotores de salud, entre otros. En ellos permea la emocionalidad de una sociedad que cuenta ya con más de 16 millones de dosis aplicadas. “Es un operativo con mucha gente detrás, desde administrativos al piloto de avión que trae las dosis, nosotros somos la cara visible porque estamos en contacto con la gente y hacemos la aplicación, pero el esfuerzo es de todos”, advierte Judith González, licenciada en enfermería, desde su puesto en La Rural.

El comportamiento

“Esta vacuna lleva todo un protocolo”, destaca Paola Prieto, enfermera de la Universidad Jauretche con 23 años como vacunadora. “Acá hay tres pasos: un triage, o ‘perfil de salud’ –así se denomina la instancia de consulta previa a la aplicación–, un lugar de prevacunación, la vacunación y el lugar de espera de la reacción”. La aplicación lleva pocos minutos, pero la atención puede tardar bastante más. Según las personas. Y se pueden identificar comportamientos, estados de ánimo, y las dudas que les plantean, según rangos etarios: los mayores están agradecidos, los más jóvenes son “más reticentes”, están “menos concientizados”, coinciden las vacunadoras consultadas.

“Con los mayores, marzo fue un festival de fotos” cuentan. Para muchos, la vacunación era la primera salida desde el inicio de la pandemia. Los agradecimientos que recibieron forman parte del historial que construye esta nueva trama de sentidos en torno a la situación epidemiológica. Quizá su puente más sólido hacia una transformación del estándar sanitario a nivel país: la vacunación a los adultos mayores abrió un camino de confianza.

Mariela Ferrando atiende a 30 o 40 personas por día, en su turno matinal de seis horas. “Es una tarea novedosa, en mis 35 años de profesión. A veces demoro hablando con ellos porque me contacto desde lo humano”, cuenta. Es gerontóloga, le gusta escuchar. Algunos “preguntan todo, otros nada, otros lloran” enumera, guarda silencio.

Las lágrimas surgen fácilmente en los vacunatorios. Por la emocionalidad del momento, y en muchos casos por pérdidas, «por fallecimientos en la familia, por casos de covid” lamenta Mariela. “Una señora me cuenta que el día anterior había muerto su hija de 25 años por covid. Otra señora de 65 (años) llegó con la hija y al entrar le avisan que murió su esposo, por covid. Son casos extremos pero muestran el nivel de esta tragedia. Y esto –habla de la vacuna– es lo mejor que tenemos para protegernos”, añade con firmeza.

Para Paola, desde la posta de la Universidad de Quilmes, el proceso demuestra que “para algunas cosas se llegó tarde, porque perdimos vidas, pero para la humanidad, fue rápido, seria ingrato de mi parte negarlo”. Se emociona al recordar a “una chica que llegó temblando, personal de salud, la llevé afuera, necesitaba llorar y me decía que no merecía vacunarse». En diciembre fallecieron sus padres, por covid. Ella no entiende cómo fue –relata la vacunadora–. El virus tiene un raro comportamiento en algunos organismos”.

“El contagio de covid –suma Judith— es distinto en cada organismo, ni nosotros como personal de salud lo podemos entender. Por eso hay que vacunar, es la única herramienta al alcance de todos que puede ayudar”. Argentina tienen un buen calendario de vacunación, agrega. Quizá un día «esto» se incorpore al cronograma obligatorio. Hoy es un gesto voluntario. “Por eso es importante que la vacunación crezca lo más rápido posible, hay que ganarle al virus”, se entusiasma. Y se alegra porque ahora ve «a la gente más contenta y emocionada”. Ya son pocos los que vienen “no enojados, pero con miedo” agrega.

Los mayores

En marzo “muchos adultos mayores lloraban de emoción, era su primera salida”, confirma Paola. “Les hicimos un cuadrito de ‘yo me vacuné’ y posaban, estaban muy contentos, se querían sacar fotos con nosotros. Nacidos en el ’33 o el ’27, que llegaban con los hijos o nietos que traían a los patriarcas a vacunarse, fue una hermosa experiencia. Pero se diluía en el movimiento antivacunas”, lamenta. Y agrega de inmediato: “Ahora es distinto, estamos a full con las vacunas, incluso ya aplicamos a embarazadas” afirma.

Mariela cuenta que “de la población con comorbilidades vienen chicos y a veces no quieren vacunarse, yo les tengo chupetines, trato de ponerme en sintonía y con humor”. En la tragedia se valorizan “las cosas lindas” coincide. Paola destaca que los ancianos “oraban por nosotros, nos pedían que no aflojemos, que la verdad el sistema de salud está a la altura, que gracias a nosotros y a los que se fueron vamos a salir de esta”. Lo dice y se emociona. El recuerdo la remite a “otros argentinos, los que no salen en la tele, hace rato que no estaba con tantas personas de todo tipo, tan concientizadas”, define sobre ese perfil socioeconómico.

Al bajar la edad, baja el grado de compromiso, agrega Mariela. La finitud de la vida se impone en los ancianos y no los jóvenes, que se ven más reticentes. Romina coincide: “La gente mayor estaba dispuesta, aunque traían dudas porque toman mucha medicación. Pero pueden tomarla. Nuestra tarea es explicarles, tranquilizarlos, y ellos quedan agradecidos”. Mariela observa: “Con nuestro trabajo se hace una recolección de datos, informal, pero da una idea. Y se ve el impacto de la información. Primero se vio con la gente grande, la que sobrevivió –advierte—, una mayor conciencia social, yo noté eso. Por eso cuando hago el interrogatorio también hago un poco de concientización sobre los cuidados”, comparte.

¿Sputnik o AstraZeneca?

Quienes reciben la dosis suelen ahondar en consultas antes de la aplicación. “Con la vacuna de la polio o la antisarampión no hay que explicar, porque la gente ya sabe –explica Paola—, pero acá hubo una demonización de la vacuna”. Para ella “deconstruir ese lugar de la duda” es un trabajo importante en este proceso. “Antes de aplicar están las preguntas, tenés que desagotar las dudas porque una vez que se aplica, no hay marcha atrás, por eso hay mucho preámbulo”, fundamenta.

¿Nos podemos bañar? ¿Puedo seguir tomando la medicación para la presión? ¿Es Sputnik ó AstraZeneca? ¿Hay garantía? Son las consultas más frecuentes. “Con enorme esfuerzo se logró esta vacuna, en un proceso que para otros casos tarda dos años, por eso es el miedo de las personas” asegura Paola. “Pero nosotros buscamos cortar la circulación viral, y con la vacuna lo estamos logrando” se explaya. Asume su lugar en la inmunización. Y lo explica a sus pacientes.

“Te preguntan ¿por qué damos la AstraZeneca, o por qué la Sputnik?” coinciden. “¿Qué efectividad tiene? Si ya me pusieron la primera dosis, pero llevo 60 días y no me dan la segunda ¿me podes garantizar que es efectiva?”. La consulta se repite. El tono varía con la edad y según el nivel de conciencia sobre el proceso que vivimos, evalúan. Básicamente en la pregunta surge “el miedo de la gente a lo desconocido”. Mariela cuenta: “Una señora muy humilde vino con un papelito, lo había escrito su hijo. Decía: Sputnik. Cuando le dije que le íbamos a aplicar AstraZeneca me pidió hablar a su hijo, lo llamó por teléfono, me miró y se despidió. Así como entró salió. No se vacunó”.  “Muchos quieren la Sputnik y solo esa”, coincide Paola.

La vacunadora de Quilmes refiere otro caso: “Para que no me rechacen la Covishield les repito: es el nombre de la vacuna, el producto es del mismo laboratorio de AstraZeneca. Pero la gente se pone en cibernauta, investiga, y no entiende. ‘¿Esta es nueva? ¿Qué me aplica?’ No señora –imita un diálogo–, tienen los mismos fármacos, pero la hacen en la India. ‘Ah, si es de la India no la quiero’, me dicen. Entonces me pongo firme y les digo: señora hoy, la mejor vacuna es la que usted se lleva, porque en otros países, no hay vacunas. Y listo, se vacunan”, sonríe.

“A veces piensan que tenemos una cartilla de vacunas –aporta Romina–, y dicen quiero AstraZeneca porque tengo que viajar a Europa. Les explico: esta es la que tenemos hoy. Algunos se vacunan pero otros se van. Hay especulación y maldad, los medios asustan a la gente en vez de informar, porque cada vacuna te protege si te agarra el virus, y es un virus mortal. Pero vacunado, si te agarra, será leve” enfatiza.

El estado de salud de cada persona también hace que los invadan diferentes dudas. Pero el peso mayor es el entorno. “La semana en que falleció Mauro Viale tuvimos una baja importante, no se querían vacunar” recuerda Paola. Ella propone “hacer una introspección de nuestra responsabilidad ciudadana para cortar la circulación viral, contra la campaña en contra que atemorizó a la gente». Ahora, sin embargo «hay un momento terriblemente pro vacuna, gracias a Dios”, se alegra.

Los vacunatorios

Los vacunatorios están abiertos todo el día, de lunes a lunes. En Tecnópolis se da una charla primero, a grupos de cinco personas. “Se vacuna a unas mil personas por día” detalla Romina, responsable de la charla. “Doy las recomendaciones, y recién después se vacunan. Esperan, y si está todo bien, se van a sus casas”. En la Universidad de Quilmes, Paola integra un equipo de vacunación que “este sábado vacuno a 476, y a 478 el domingo”. Ella también vacuna en la semana, con la unidad móvil visita, junto a una antropóloga, a personas con internación domiciliaria. En La Rural “estamos aplicando 350 a 400 dosis por día, por turno”, aporta Judith. Suman 2000 por día porque son varias postas en ese predio. Empezaron en febrero con 8 vacunadores. “Ahora somos 29 y 6 responsables de cadena de frío”, puntualiza.

“Gracias a Dios tenemos las instalaciones, el recurso humano, y las ganas –describe Paola–. El Estado vacuna para cortar la circulación viral. Vamos a llegar a un punto libre de covid”. Ese es el objetivo para todos afirma Judith: “frenar los contagios y prevenir las internaciones, y largas estadías en los hospitales”.

Mientras, hay que ser “empáticos con el otro, cuidarnos, y seguir vacunándonos” agrega Paola. Y concluye: “Yo la cuido con mi vida a la vacuna, con placer y a conciencia por saber que es a favor de todo”. Eso les explica a quienes dudan, insistentemente, y les aconseja que no pierdan el próximo turno. “Eso los pone contentos, se sorprenden, y me piden el teléfono para mandarme un sanguchito”, sonrie. Está contenta.

«Me emociono porque la gente se emociona»

“Yo estudié para ir a la guerra, para estar activa cuando se presente la situación”, sostiene Paola. Habla con firmeza sobre su recorrido profesional, el que inició como vacunadora en una Unidad Sanitaria en Villa Azul en el año 97. Ella era auxiliar de enfermería, había estudiado en la Cruz Roja de Villa Domínico. “La universidad solo la podías hacer en la UBA y quedaba lejos”, recuerda. En Villa Azul se formó en el oficio. “Ahí hay que ser enfermera, dar primeros auxilios, hacer curaciones, llamar una ambulancia, yo empecé con 8 vacunas del calendario nacional. Y fui creciendo en la vacunación, como nuestro programa de inmunizaciones” explica. Tras el paso por la licenciatura en la Universidad Jauretche, se incorporó al sistema público como enfermera. Ahora tiene a su cargo el dispensario de vacunas municipal doctor Ramón Carrillo, del partido de Quilmes. Y vacuna contra covid, en la posta de sábados y domingos, de la Universidad de Quilmes. “En el gimnasio, ahí funcionó el año pasado un centro de aislamiento” cuenta. Durante la semana, Paola realiza también, la aplicación domiciliaria de la vacuna contra el coronavirus. Sale una o dos veces por semana, con una antropóloga, y un chofer. “Los tres somos equipo, y somos indispensables todos”, afirma. Estoy saliendo con la vacuna Covishield y con la Sinopharm, porque se pueden trasladar en heladera térmica, que no varía entre 2 y 8 grados” detalla. “En el móvil –una Kangoo, precisa– no se puede subir un freezer, solo es viable para sacar a la calle el frasco multidosis, y por jornada podemos vacunar entre 10 y 16 personas”. Son pacientes con inmovilidad total. La mayoría reside en zonas urbanas. Paola se alegra porque ya empezaron a llegar con el sistema móvil, a los barrios más vulnerables. “Estamos todo el tiempo en alerta y dispuestos, y me emociono, porque las personas están emocionadas también. Desde el principio –recuerda— en la primera semana, venían con un familiar, y nosotras íbamos a los vehículos, no se podían bajar, pero pedían sacarse fotos con nosotras antes de irse”.

Argentina

Un hallazgo de científicos argentinos podría ayudar a desarrollar una terapia para frenar el Alzheimer

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El trabajo definió perfiles inflamatorios característicos de las diferentes etapas de la principal patología neurodegenerativa. El hallazgo abre la puerta a nuevas perspectivas terapéuticas.

Un estudio liderado por científicos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), comprobó el rol de la inflamación en el desarrollo del Alzheimer y definió perfiles inflamatorios característicos de las diferentes etapas de la enfermedad.

La evidencia científica indica que la enfermedad de Alzheimer puede concebirse como una patología inflamatoria crónica que afecta el sistema nervioso central. Si bien históricamente la investigación sobre la principal enfermedad neurodegenerativa a nivel mundial se centró en los cambios que sufren las neuronas en un área específica del cerebro, en los últimos años cobró relevancia el papel que desempeñan células del tejido nervioso, principalmente astrocitos y microglía, que regulan las respuestas inflamatorias en el sistema nervioso central.

“El hallazgo abre nuevas perspectivas terapéuticas, incluida la eventual posibilidad de modular la respuesta inflamatoria para frenar la progresión de la enfermedad”, señala Laura Morelli, líder del trabajo, investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Buenos Aires (IIBBA, CONICET-Fundación Instituto Leloir) y jefa del Laboratorio de Envejecimiento Cerebral y Neurodegeneración de la Fundación Instituto Leloir (FIL). Y agrega: “La neuroglia (formada por astrocitos, microglía y otras células que brindan soporte a las neuronas) secreta citoquinas, sustancias que regulan la respuesta inflamatoria y que pueden pasar desde el sistema nervioso central hacia la sangre periférica, un proceso que se ve incrementado cuando la barrera hematoencefálica [que protege el cerebro de moléculas que circulan en el torrente sanguíneo] está perturbada, como ocurre en pacientes con enfermedad de Alzheimer”.

Este avance es el resultado de un trabajo colaborativo multicéntrico en el que participaron profesionales de varios hospitales de la Argentina y de España, en conjunto con investigadores de la Fundación Instituto Leloir y el CONICET, el estudio se propuso determinar los niveles de citoquinas y quimiocinas en sangre en personas a las que se agrupó según tres estadios clínicos distintos: cognitivamente sanos; con deterioro cognitivo leve y con diagnóstico de Alzheimer. El objetivo de la investigación, que tiene como primeros autores al becario doctoral del CONICET Lorenzo Campanelli y al investigador adjunto del CONICET Pablo Galeano, fue evaluar la respuesta inflamatoria durante la evolución de la enfermedad.

Participaron del estudio personas de 60 años o más, a las que se les realizó una evaluación clínica, neuropsicológica y de imágenes de cerebro. Se les extrajo sangre y mediante técnicas ultrasensibles se midieron los niveles de 30 citoquinas y quimiocinas. A través de análisis estadísticos avanzados, y considerando el sexo y la edad, los investigadores identificaron que cada grupo clínico presentaba un perfil inflamatorio distintivo. Mientras las personas con deterioro cognitivo leve se caracterizaron por un aumento de eotaxina-1, implicada en neurotoxicidad, los pacientes con Alzheimer presentaron un aumento de la interleucina proinflamatoria IL-16. Como factor común, en ambos grupos se detectaron niveles incrementados de la quimiocina MDC, que regula la función de las células inmunitarias.

Estos hallazgos destacan el papel central de la inflamación en la progresión de la enfermedad de Alzheimer y demuestran el papel de la neuroglía en diferentes etapas clínicas de la patología”, destaca Morelli. Y concluye: “Los resultados de nuestro trabajo sugieren la posibilidad de explorar el diseño de terapias que modulen la respuesta inflamatoria para frenar la progresión de la enfermedad”.

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Locales

Andrea Acosta habla sobre la importancia de donar sangre

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Directora del Centro de Hemoterapia de Rosario. Se encargan de distribuir las unidades de sangre en toda la provincia de Santa Fe. ¿Qué sucede con las donaciones en verano? “Las donaciones bajan y buscamos distintas estrategias para que la gente se acerque”, dijo. En enero intensifican actividades en busca de donantes. En 2024 se registraron 32 mil donantes de sangre. A través de donaciones también se detectan casos de enfermedades silenciosas

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Los jubilados terminan el año sin reforma jubilatoria ni medicamentos gratuitos

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Desde el Gobierno sostienen que los recortes aplicados en los distintos sectores apuntan a “mantener el equilibrio fiscal”. Paralelamente, las personas mayores no llegan a cubrir

Los jubilados terminaron el primer año de la gestión de Javier Milei sin aumentos ni medicamentos gratuitos y con el valor de una canasta básica que supera los montos de las jubilaciones (teniendo en cuenta que la jubilación mínima no llega a los 300 mil pesos y la máxima apenas pasa el millón 700 mil).

La situación conflictiva entre el Poder Ejecutivo Nacional (PEN) y los jubilados existió desde un principio y se fue incrementando, sin embargo, el punto más álgido se hizo presente en el último trimestre del año.

En el mes de septiembre, el Presidente de la Nación decidió vetar la ley de reforma jubilatoria, que se había aprobado por ambas Cámaras del Congreso, y dejar sin efecto un aumento de 18mil pesos en los haberes.

Uno de los cuestionamientos más fuertes que se le hizo a Milei fue su encuentro, previo al veto, con los bloques de diputados del PRO, el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), la Unión Cívica Radical (UCR) y La Libertad Avanza (LLA) que le dieron su respaldo.

En ese momento, fuentes oficiales le aseguraron a Noticias Argentinas que Milei detalló, ante los legisladores, los motivos de la derogación y buscó garantizarse los dos tercios necesarios, para evitar que la oposición parlamentaria pueda restablecer la ley.

Por su parte, el representante de Jubilados y Pensionados, Marcos Wolman,  afirmó que el Presidente dejó sin efecto “un aumento de $18.000 de una jubilación que todavía no cubre la canasta básica» y que «queda muy claro cuál es la situación actual” para los adultos mayores en este Gobierno, motivo por el cual continuaron realizando movilizaciones.

El asado de Olivos, adentro y los medicamentos del PAMI, afuera

Posteriormente, y a pesar de que algunos diputados, como Oscar Zago (MID), afirmaran que “estuvo mal comunicado”, Milei invitó a los 87 legisladores que lo apoyaron en el veto, y a quienes calificó de “héroes”, a comer un asado en la Quinta de Olivos.

Hoy 87 héroes le pusieron un freno a los degenerados fiscales que intentaron destruir el déficit fiscal que los argentinos con tanto esfuerzo logramos conseguir”, afirmó, por ese entonces, el presidente de la Nación.

Semanas antes, el Gobierno Nacional había informado la decisión de “modificar el Vademecum” y quitar arbitrariamente medicamentos gratuitos destinado a los jubilados, que se gestionaban a través del PAMI.

Sin embargo, desde el oficialismo, señalaron que algunos continuarían recibiendo medicación cubierta al 100% y que sólo aplicaba a quienes ganaran menos de $388,500 y estén inscriptos en el «subsidio social«.

Todo aquel afiliado que no pueda pagar medicación, puede iniciar el trámite para obtener el subsidio social. Es un trámite simple que se puede iniciar en la web y luego presentarse en la agencia”, aseguró el titular del PAMI, Esteban Leguízamo.

Si bien desde Nación no lo aclararon, el trámite puede demandar hasta un mes y el sistema de pasos desde la web es engorroso para personas que no están vinculadas con los manejos de las nuevas tecnologías.

Además, deben tener en cuenta que los ingresos tienen que ser menores a 1,5 haberes previsionales o hasta 3 haberes en caso de que el afiliado conviva con una persona que tenga Certificado Único de Discapacidad (CUD); no estar afiliado a una prepaga; no tener más de un inmueble, un vehículo de menos de 10 años ni ser dueño de bienes de lujo y no ser titular de activos societarios que indiquen capacidad económica plena.

Asimismo, de no cumplir con los primeros dos, si el costo de los medicamentos indicados para algún tratamiento es igual o mayor al 15% de sus ingresos, el afiliado puede solicitar la cobertura al 100% a través de una vía de excepción.

Esta situación llevó nuevamente a realizar reclamos por parte de distintas organizaciones que nuclean a los jubilados y pensionados y, además, se sumó el repudio hacia uno de los diputados nacionales de LLA, Julio Moreno Ovalle, que manifestó que los jubilados “no se van a morir” si no toman medicamentos.

No es para tanto, algún familiar se lo puede comprar. Se intenta victimizar a los jubilados y no es tan grave. No creo que los jubilados se mueran si no toman los medicamentos. Lo que se quiere impedir es la lucha contra el déficit fiscal que lleva adelante el Gobierno«, afirmó Moreno Ovalle en El Destape, días después de haberse comunicado el anuncio.

Sin reforma jubilatoria pero con un bono

Por último, y a pesar de haberle negado los aumentos mensuales, el PEN determinó que los jubilados recibieran un bono de 70 mil pesos, de acuerdo a distintas ocasiones; en esta oportunidad, se les otorgó durante los primeros días de diciembre.

Además, se confirmó que las jubilaciones, pensiones y asignaciones tuvieron un incremento del 2,69 % y que los titulares de jubilaciones y pensiones con haberes mínimos cobraron el medio aguinaldo, por lo que “ningún jubilado o pensionado recibió menos de 459.398,14 pesos”.

«Hace 31 años que todos los miércoles nos manifestamos frente al Congreso para que se mejoren las jubilaciones que, en definitiva, son una conquista de la clase trabajadora. Y lo vamos a seguir haciendo«, concluyó el dirigente jubilado, Marcos Wolman.

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