CONECTATE CON NOSOTROS

Política

Las encuestas presagian un cisne negro

La sociedad a la que se consultará por sus preferencias políticas está envuelta en una atmósfera rarísima, ante la cual los candidatos enfrentan un excepcional desafío: deben hacer propuestas y hablar sobre un futuro acerca del cual no tienen la más mínima idea

eltribuno

Publicado

en

Las encuestas presagian un cisne negro

Quien examine el contexto en el que se desarrolla la actual disputa de poder, si no se deja sugestionar por los augurios dominantes sobre su resultado, tendrá la impresión de que es imposible que el oficialismo gane. Sin embargo, todos los pronósticos coinciden en que, si se la pudiera pensar como una competencia nacional, la carrera tendría un desenlace favorable para el Frente de Todos. Un triunfo tímido, de más o menos 4 puntos respecto de Juntos por el Cambio. Es una imagen solo indicativa: dada la diversidad de combinaciones partidarias que se presentan a nivel local, la comparación es imposible. Si se pone el foco en la batalla bonaerense, que es la más determinante, también se presume una ventaja de los candidatos del Gobierno. El fenómeno relevante, difícil de explicar, es que ese final convencional no parece congruente con la situación general del electorado. Sorprende que no haya una sorpresa. Dicho de otro modo: dado el panorama que rodea a estos comicios, el resultado que vaticinan las encuestas es un verdadero cisne negro.

La sociedad a la que se consultará por sus preferencias políticas está envuelta en una atmósfera rarísima. Votantes encerrados o semi encerrados a lo largo de casi un año y medio, atemorizados por un virus endiablado. Con un solo tema de conversación: la enfermedad; en todo caso, la muerte. Y las derivaciones de ese tema: si llegaron las vacunas, si se conseguirá la segunda dosis, e inquietudes de ese tipo. Asociada a este drama, una impresionante mutación de la vida cotidiana, que se puede sintetizar, como lo hace Juan Germano, de la consultora Isonomía, en un solo detalle: “Ya no sabemos cómo hacer algo tan común y tradicional como el saludo a un conocido. ¿Chocamos los puños? ¿Los codos? ¿Conviene no tocarlo?”. Son perplejidades que llevan a un asesor de Alberto Fernández a comentar: “No estamos en una campaña. Estamos en una pandemia, en la que un día a la gente se le pedirá que vaya a votar. ¿Tomamos nota de ese aspecto emocional que hoy presenta la política? Creo que no”.

Las atípicas circunstancias de los ciudadanos hacen juego con el excepcional desafío de los candidatos: deben hacer propuestas y hablar sobre un futuro acerca del cual no tienen la más mínima idea. La visibilidad se ha reducido al cortísimo plazo. ¿Quién puede hacer una promesa? Al final de su clásico Tractatus, Wittgenstein aconseja: “Sobre lo que no se puede hablar, es mejor guardar silencio”. El drama de los políticos que piden el voto es que están obligados a decir algo. Por eso el proselitismo tiene hoy algo de patético.

Al miedo de la enfermedad y de la muerte se le agrega el de las mortificaciones de la vida materialHay cerca de 3 millones de personas que antes de la pandemia eran de clase media y ahora son pobres. Pobres con expectativas, formación y categorías políticas de clase media. Son señores o señoras que le tuvieron que anunciar a su hijo que ya no podrán pagarle la universidad. O explicarle a su hija que debe abandonar el colegio bilingüe para pasar al parroquial. Gente que debió llamar a la prepaga para cambiar de plan por uno más precario. Desde hace un año y medio se destruyeron 240.000 puestos de trabajo. Entre los sectores medios hay pánico. Pánico a la caída. Ese temor, que tiñó la última etapa de la gestión de Mauricio Macri, perdura, agravado, en estos días.

Los analistas de opinión pública se encuentran con un pesimismo pocas veces visto. En casi todas las encuestas alrededor del 70% de los consultados cree que este año le está yendo peor que el anterior. Y que el que viene seguirá el descenso. Federico Aurelio, de Aresco, consigna que 57% de sus entrevistados manifiesta vivir en un estado de ansiedad, enojo o miedo. Los niveles de insatisfacción superan los de la última etapa del gobierno de Cambiemos. Al kirchnerismo nunca le tocó gobernar en un clima parecido. La consecuencia inmediata de ese malhumor es cierto tedio. Un gran desinterés por la política. Los encuestadores lo advierten en su trabajo. Uno de ellos cuenta: “Cuando en 2019 hacía estudios con el método de llamadas telefónicas automáticas, me sorprendía que me atendían una vez de cada 100 intentos. Ahora tengo que llamar 250 veces para encontrar a alguien que responda. El problema es que el que no contesta es un tipo de votante distinto del que sí lo hace. Aparece un problema metodológico delicado para establecer qué piensa la gente”.

Columna de opinión de Carlos Pagni

Esa apatía se manifiesta en los índices de participación electoral. Hay poca información para establecer un patrón de comportamiento. Pero si se comparan las elecciones locales de Misiones de 2019 y este año, la asistencia cayó de 79 a 60%. En Río Cuarto, en 2016 intervino el 62% y el año pasado, 50%. En Salta fue del 73 al 64% entre 2017 y este año. El promedio de caída ha sido del 13%.

Estos datos abren un enorme interrogante para las elecciones de septiembre y noviembre. Las principales consultoras prevén que la abstención será mayor que la diferencia entre el primero y el segundo. ¿A quién deja de votar el que no concurre? ¿Es un voto que pierde la oposición o el Gobierno? También es difícil responderlo, porque hay un enojo transversal. Para citar una evidencia: según tres de los principales analistas de opinión el único dirigente nacional, de los de primera fila, que hoy tiene más imagen positiva que negativa es Horacio Rodríguez Larreta. Alberto Fernández y María Eugenia Vidal suben o bajan en esa línea de flotación, según el mes. Un dato inesperado que aparece en un sondeo de Poliarquía, de Alejandro Catterberg: el sector que concita más confianza en las últimas mediciones es el de las Fuerzas Armadas.

Catterberg observa desde hace unos meses un dato interesante por lo novedoso: el corrimiento de las preferencias por franjas etarias. Detectó que una corriente importante de mayores se aleja de Juntos por el Cambio. El motivo principal sería el rechazo a los dirigentes de esa fuerza que criticaron con mucha dureza la cuarentena estricta impuesta por Fernández. El avance de la vacunación, además, genera en ese público una mayor empatía con el Frente de Todos. Al mismo tiempo, el oficialismo ve cómo se alejan los jóvenes de su base electoral. Una explicación se relaciona también con la pandemia: las restricciones han fastidiado a la juventud mucho más que a otros sectores. Existe otro motivo en esa antipatía y es que quienes hoy tienen alrededor de 20 años no tienen una memoria luminosa de las administraciones kirchneristas. La edad de oro de Néstor Kirchner ya está quedando muy atrás para los votantes nuevos.

Más rarezas a desentrañar. ¿Adonde va el voto joven? Los sondeos indican que se radicaliza. Una parte, desencantada con Juntos por el Cambio, prefiere a José Luis Espert o a Javier Milei. En el caso de este último, es más notorio el esfuerzo por ofrecerse como un castigo a toda la dirigencia política. También la izquierda trotskista se beneficiaría con esta marcha hacia los extremos. En algunas encuestas pasaría del 3 o 4% de las últimas elecciones a alrededor de 8%. Es una tendencia que podría acelerarse después de las primarias, en ambos sentidos. Sin embargo, esta fuga hacia las puntas del dial ideológico tendría un límite: la polarización kirchnerismo/antikirchnerismo y macrismo/antimacrismo sigue organizando el espacio electoral. Algunos observadores bendicen esa tensión: “La confrontación convencional empobrece el debate, infantiliza la política, pero también evita la fragmentación. Gracias a la grieta en la Argentina no se verifica la descomposición que se ve en otros países”. Es la opinión de un dirigente que fue clave en la gestión de Macri.

Existe otra referencia para advertir que el triunfo oficialista, que es el consenso de todos los estudios, tiene alguna disonancia con el marco en el que se produciría. De 35 elecciones que se realizaron a escala global durante la pandemia, en 15 perdió el oficialismo, en 5 salió debilitado y en 15 ganó. Si se recorta el fenómeno a los mercados emergentes, de 30 elecciones, en 14 perdió el oficialismo, en 4 salió debilitado y en 11 ganó. Hay, como se ve, una tendencia a la declinación electoral de los gobiernos.

En la Argentina suele recurrirse a un fetichismo para palpitar el desenlace de los comicios. Es el Índice de Confianza en el Gobierno que elabora la Universidad Torcuato Di Tella. Ese número mantiene desde hace años, por razones desconocidas, una correlación llamativa con el porcentaje de sufragios que obtienen los oficialismos. Si los comicios fueran este mes, el Frente de Todos sacaría, según esta misteriosa guía, 36% de los votos. Es alentador para el Gobierno porque, si las elecciones se hubieran celebrado en julio, el “resultado”, según ese índice, habría sido de 34%.

La postergación del calendario beneficiaría al Frente de Todos. Pero ahora aparece, de nuevo, el misterioso comportamiento del Covid, en forma de variante deltaEl Gobierno reemplaza los reflejos sanitarios por los electorales: ante la noticia de que esta nueva cepa comienza a circular, anuncia la reapertura de espectáculos deportivos y el estímulo al turismo.

Las irregularidades de la vacunación también cobran relieve. Un informe de la Fundación Alem de la UCR, donde la voz sanitaria corresponde a Adolfo Rubinstein, indica que al país llegaron 48,8 millones de vacunas, se distribuyeron 44,5 millones y se aplicaron 39,6 millones. Las diferencias en esas cifras no tienen una explicación clara. Se podría especular con que el oficialismo ha retenido dosis para acelerar la vacunación en plena campaña. Es posible que muchas se preserven como segunda dosis, en un momento en que la variante Delta exige inmunizar con el esquema completo. Los técnicos radicales consignan un dato inquietante: de las dos apuestas del Gobierno han fracasado. Falta el 35% de las Sputnik y el 50% de las AstraZeneca, según lo comprometido en los contratos originales.

En medio de estos inconvenientes irrumpe el “detalle” de la fiesta de cumpleaños de la primera dama en Olivos. El Presidente propone pagar una multa. Pero al mismo tiempo dice que no cometió irregularidad alguna. Esta segunda afirmación es temeraria. No porque expresa un error jurídico: en todo caso esto lo deberá determinar el fiscal porteño Ramiro González, de quien nadie puede explicar por qué investiga un episodio ocurrido en Olivos, es decir, en la jurisdicción federal de San Isidro. Lo más grave es que, al decir que violar los decretos de la cuarentena no es delito, Fernández sacrifica la que fue su principal herramienta administrativa durante toda la epidemia. Está diciendo que, en adelante, se podría abandonar el aislamiento siempre que no se contagie a nadie. Las fiestas clandestinas se vuelven regulares. Esta tesis hizo que se viralice un video en el que el Presidente se ufana de haber iniciado infinidad de causas penales contra gente que hizo lo mismo que él en aquel cumpleaños. Ese video inicia un nuevo género. Hasta ahora proliferaban antiguas imágenes de Alberto Fernández adoptando posiciones contrarias a Cristina Kirchner. Ahora comienzan a verse registros recientes de Alberto Fernández criticando medidas recientes de Alberto Fernández. Imposible calibrar cuánto afectarán la disputa política estos desaguisados en el manejo de la pandemia.

La atipicidad del proceso electoral es relevante porque plantea un desafío analítico. Obliga a tomar prevenciones frente a todos los pronósticos. Pero existe otro motivo por el que se vuelve significativa: obligado a doblegar una inercia que le juega en contra, el Gobierno se vuelve más extremo en sus decisiones económicas. De todos los indicadores que instalan una duda sobre lo que pronostican las encuestas acaso el más convincente es el comportamiento del salario real. Para decirlo en otros términos: las fluctuaciones del poder adquisitivo. Existe una relación notable ente esa variable y la suerte de los oficialismos frente a las urnas. El economista Esteban Domecq ha graficado esa curva. Si se consideran pesos equivalentes, el salario real era de 104.585 pesos en julio de 2017, pasó a 88.000 pesos en octubre de 2019, subió un poco hasta 92.000 pesos en febrero del año pasado y volvió a derrumbarse hasta 84.000, que es su valor actual.

El mismo poder adquisitivo se puede medir, como hace Alfonso Prat-Gay, observando un movimiento que para el Gobierno resulta odioso: el del salario mínimo medido en kilos de asado. Durante la gestión de Macri, con esa suma se podían comprar 192 kilos; hoy solo 122. El salario mínimo, entonces, perdió valor por 70 kilos de ese asado que Fernández prometía.

El Gobierno pelea contra ese gran rival electoral. Por eso aumenta el gasto social pero, sobre todo, atrasa el tipo de cambio, que es la mejor manera de llegar a la clase media. Así se puede explicar la leve mejora de la confianza del Gobierno en el último mes. Eso sí: la emisión monetaria, que fue de 3500 millones de pesos en mayo, aumentó a 70.000 millones en junio, a 100.000 en julio y promete estar en 200.000 millones en agosto. Reabsorber esos pesos abre un fenomenal problema monetario, que exige medidas muy desagradables para su corrección. Tiene un argumento a favor el 58% que en la encuesta de Isonomía opina que el Gobierno no logrará controlar la inflación. Solo 22% considera lo contrario. El resto no contesta.

Las desviaciones que produce esta economía electoral predicen algo obvio: la discusión con el Fondo Monetario va a ser mucho más trabajosa. Tanto que podría volverse más natural, en el oficialismo, dudar de la conveniencia de un acuerdo. Pero existe otro problema, menos evidente. ¿Qué sucedería si en las primarias Cristina Kirchner enfrentara un resultado más ajustado que el previsto? La urgencia por aumentar el gasto y atrasar todas las variables se dispararía de inmediato. Guzmán estaría en problemas. Más que ahora. Las derivaciones de un cuadro semejante serían más misteriosas que las condiciones en que ese cuadro se genera. En esas circunstancias angustiantes, habría que prepararse para otros videos, mucho más preocupantes, de Alberto Fernández hablando en contra de sí mismo.

Continuar Leyendo

Argentina

Veto a la ley universitaria: cuáles fueron los diputados que dieron vuelta la votación a favor del oficialismo

Avatar

Publicado

en

Con la ayuda del PRO, el Gobierno lograba cambiar la tendencia y alimentaba su ilusión, pero no habría sido suficiente de no haber contado con más aliados.

Hasta el domingo a la mañana, cuando el ex presidente Mauricio Macri publicó un tuit con el que ordenó a la tropa del PRO y emparejó la disputa abierta con la oposición en torno a la ley de Financiamiento Universitario, el escenario se presentaba cuesta arriba para el oficialismo.

Con la ayuda del PRO, el Gobierno lograba cambiar la tendencia y alimentaba su ilusión, pero no habría sido suficiente de no haber contado con más aliados.

Como en la sesión en la que se trató el veto a la ley de movilidad jubilatoria, fue determinante la división de la UCR para desnivelar la balanza a favor del Gobierno. 

Los cinco “radicales con peluca”, como fueron apodados maliciosamente por quienes no perdonan la traición, volvieron a jugar en contra de su propia bancada.

El «panquequeo» más explícito fue el del misionero Martín Arjol, que en la sesión del pasado 15 de agosto había votado a favor del financiamiento universitario y sin que hubiesen transcurrido siquiera dos meses hizo un giro copernicano para respaldar el veto.

Los otros tres votos radicales que respaldaron la posición del oficialismo vinieron de manos de Mariano Campero, Martín Picat y José Federico Tournier, en tanto que Pablo Cervi, que en la mencionada sesión había votado a favor de la ley, en esta ocasión optó por abstenerse.

Con que tres de ellos hubieran votado con la oposición, se habrían alcanzado los dos tercios y el debate habría continuado en el Senado, donde las previsiones eran bastante favorables para voltear el veto.

Casi en la misma magnitud que la UCR, la fragmentación del voto de Innovación Federal fue clave. Pocos días atrás, los ocho diputados del interbloque iban a votar con el resto de la oposición.

Pero algo sucedió en el medio para que de un momento a otro, los cuatro misioneros se dieran vuelta y optaran por abstenerse.

Tanto los tres salteños como el rionegrino Agustín Domingo respetaron la postura que habían tenido el 15 de agosto y votaron en consecuencia.

La gestiones de la Casa Rosada con gobernadores también dieron sus frutos. El caso más paradigmático es el del chubutense Ignacio “Nacho” Torres, a quien le responden dos diputados nacionales.

El mandatario patagónico tiene los huevos repartidos en dos canastas: Jorge “Loma” Ávila integra Encuentro Federal, el bloque que preside Miguel Pichetto, en tanto que Ana Clara Romero está en el PRO.

Ávila estaba decidido a votar a favor de la universidad pública hasta que recibió el llamado de su gobernador con la orden de que se ausentara. Así se hizo.

Torres también operó para que Romero, que había tenido expresiones de solidaridad con las universidades públicas, votara a favor del veto.

En la previa, se especulaba que los dos santacruceños del bloque que responde al gobernador Claudio Vidal iban a expresarse a favor de la ley. Por eso sorprendió que José Garrido votara por la negativa, en contraste con Sergio Acevedo.

En Unión por la Patria llamó la atención la ausencia de la catamarqueña Fernanda Ávila, posiblemente inducida por su gobernador, Raúl Jalil, quien para sostener la buena sintonía con el Gobierno tenía que ofrendar algún favor político.

La distribución de los votos 

AFIRMATIVOS: 159
– UP: 98 (de 99) (1 ausente: Fernanda Ávila – Catamarca)
– UCR: 27 (de 33).
– Encuentro Federal: 13 (de 16).
– CC: 6 (de 6)
– Frente de Izquierda: 5 (de 5)
– PRO 2 (de 38) (Álvaro Gonzalez y Héctor Baldassi afirmativos)
– Producción y Trabajo: 2 (de 2)
– Innovación Federal – Salta: 2 (de 3).
– Innovación Federal – Rio Negro: 1 (de 1)
– Lourdes Arrieta: 1 (de 1)
– MPN: 1 (de 1)
– Por Santa Cruz: 1 (de 2) (Sergio Acevedo afirmativo)

NEGATIVOS: 85

– LLA: 39 (de 39)
– PRO: 35 (de 38)
– Independencia (Gobernador Jaldo): 3 (de 3)
– UCR: 4 (de 33) (4 negativos: Luis Picat, José Federico Tournier, Mariano Campero y Martín Arjol)                                                                                        – MID: 2 (de 3)
– Creo: 1 (de 1)
– Por Santa Cruz: 1 (de 2) (José Garrido negativo)

ABSTENCIONES: 5
– Innovación Federal – Misiones 4 (de 4)
– UCR: 1 (Pablo Cervi)

AUSENTES:8

– Encuentro Federal: 3 (de 16) (Ricardo Lopez Murphy, Jorge Ávila y Alejandra Torres)
– UP: 1 (de 99) (Ávila – Catamarca; 98 afirmativos)
– PRO: 1 (de 38) (Héctor Stefani)
– UCR: 1 (de 33) (Fernando Carbajal)
– MID: 1 (de 3) (Oscar Zago)
– Innovación Federal – Salta: 1 (de 3) (Yolanda Vega)

Continuar Leyendo

Argentina

Milei recibe a Bukele y afianza los lazos con presidente salvadoreño

Avatar

Publicado

en

Es el segundo encuentro entre los mandatarios.

El presidente Javier Milei recibirá a su par de El Salvador Nayib Bukele luego del acuerdo de asesoramiento en materia de seguridad firmado entre ambos países en junio pasado.

Este será el segundo encuentro cara a cara entre ambos luego de que el presidente argentino luego asistiera a la ceremonia de reasunción de su par salvadoreño.

El mandatario salvadoreño cobró gran notoriedad por su política de seguridad de mano dura que le dio popularidad en su país, al disminuir el accionar delictivo de bandas delictivas que controlaban parte del territorio. En paralelo, como consecuencia de ese accionar viene recibiendo denuncias por supuestas violaciones a los derechos humanos.

Los ministros de seguridad de ambos países, Patricia Bullrich, y Gustavo Villatoro firmaron en junio “un convenio de trabajo para intensificar la colaboración en el intercambio de información, el intercambio de instrumentos legales y en las capacitaciones conjuntas entre las Fuerzas de Seguridad” de los dos países.

También establecieron la creación de “un laboratorio de políticas de seguridad para llevar números actualizados de la Argentina, El Salvador y cualquier otro país que decida adherir al mismo”.

“Yo siempre he dicho que nosotros estamos abiertos a apoyar a cualquier gobierno. Hace poco firmamos un acuerdo con el gobierno de Argentina, hemos recibido solicitudes de apoyo de diferentes tipos de otros gobiernos”, dijo Bukele en una reciente entrevista con la revista Time, en referencia a las consultas que reciben de distintos países de la región, interesados sobre su estrategia de seguridad.

Continuar Leyendo

Economía

Pullaro a Milei: “Preocupa que le siga pidiendo esfuerzo a las provincias”

Avatar

Publicado

en

El gobernador de Santa Fe remarcó que bajo su gestión el distrito logró el “equilibrio fiscal” y dijo que el discurso del Presidente fue “político”.

Maximiliano Pullaro, gobernador de la provincia de Santa Fe, se mostró en línea con su ministro de Economía y cuestionó el pedido de más ajuste a las provincias que formuló Javier Milei al presentar el Presupuesto 2025.

“Preocupa que le siga pidiendo esfuerzo a las provincias. Santa Fe fue de las que más se esforzó para tener eficiencia en el manejo de los recursos públicos”, dijo Pullaro al móvil de LT3

“Los de Milei fueron muchos enunciados políticos, no tan técnicos ni presupuestarios. No hubo una presentación en general del Presupuesto”, señaló.

E insistió: “Lo que hizo el Presidente fue llevar adelante un discurso político con objetivos para 2025. Pero los números duros que debe tener un Presupuesto fueron pocos. Nosotros logramos el equilibrio fiscal”.

Continuar Leyendo

Tendencias