Ocurrió el jueves por la noche cuando policías acompañaban a trabajadores hasta la planta para hacer refacciones.
La transmisora LT3 en Rosario volvió a ser el blanco de un ataque a tiros en Rosario. Este último hecho ocurrió el jueves por la noche y de milagro no hubo heridos.
Todo sucedió el jueves cerca de las 22.30 cuando un móvil policial acompañaba a trabajadores de la radio hasta la planta trasmisora ubicada en la zona rural de Alvear.
Dos empleados junto a los policías se acercaron al lugar para reacondicionarla ya que había quedado afectada por el anterior ataque donde se informó que hubo un principio de incendio, rotura de vidrios y robo de materiales importantes para las transmisiones.
De un momento a otro una moto con dos sujetos se estacionaron frente al edificio y comenzaron a disparar al menos cuatro tiros contra el patrullero policial dejando rastros de la balacera en el vehículo.
Luego de la huida los efectivos pudieron hallar un celular que podría pertenecer a uno de los atacantes por lo que ya se encuentra en investigación.
Tanto este nuevo hecho como los anteriores fueron denunciados por el Sindicato de Prensa de Rosario quienes repudiaron los ataques y solicitaron el esclarecimiento.
«Es un hecho de extrema gravedad que sólo por azar no se cobró la vida de nuestros compañeros, quienes están profundamente conmocionados por la situación que atravesaron en medio de la balacera con ametralladora y la respuesta policial», manifestaron en un comunicado.
A su vez solicitaron de forma urgente una reunión con el gobernador Omar Perotti y las autoridades del área de Seguridad: «Se trata de otro oscuro atentado que preocupa al gremio de Prensa, que viene sufriendo distintos ataques y amenazas que ponen en riesgo la integridad de nuestros compañeros y el trabajo periodístico indispensable para garantizar el derecho humano a la comunicación».
Tenía 91 años y estuvo hospitalizado por una neumonía. Sus últimos días los pasó en su casa de Mónaco. Sus esculturas están distribuídas en parques y museos de todo el mundo.
El artista colombiano Fernando Botero alcanzó el reconocimiento mundial gracias a su arte.
El reconocido artista colombiano Fernando Botero murió a los 91 años en su casa del Principado de Mónaco, tras haber permanecido hospitalizado durante varios días como consecuencia de una neumonía.
Botero había nacido en Medellín el 19 de abril de 1932 y fue uno de los artistas latinoamericanos más reconocidos del mundo. Su obra se caracteriza por el agrandamiento o la deformación de los volúmenes. A lo largo de su extensa trayectoria exhibió en las principales ciudades y museos del mundo: desde el Grand Palais de París, los Campos Elíseos o el Palacio Venecia, hasta la Quinta Avenida de Nueva York, el MOMA, y el Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago de Chile, entre muchos sitios más.
También a lo largo de los años donó a diversas ciudades del mundo esculturas como Big Bird (Singapur), El Caballo (Santiago de Chile), Mujer con espejo (Madrid), Gato (Barcelona), Maternidade (Lisboa), Broadgate Venus (Londres), Caballo (Medellín), Jinete (Jerusalén), entre otras. También está Torso de mujer, popularmente conocido como La gorda, en la ciudad de Medellín, que podría ser la pareja del Torso masculino, ubicado en el Parque Thays, en el barrio porteño de Retiro, ubicado en el Parque Thays, en el barrio porteño de Retiro.
La Mano de Botero está ubicada en Madrid.
Si bien Botero confesó más de una vez que se sentía pintor antes que cualquier otra cosa, en una entrevista que le realizó el periodista mexicano Ricardo Rocha reveló que en 1974 decidió dejar de pintar por un tiempo “para aprender el oficio de escultor”. Pero de ninguna manera alteró su estilo, ya que el mismo concepto que aplicaba en sus pinturas lo llevó a sus esculturas. “Todo artista considerado importante deformó de alguna manera la naturaleza y así lo hice yo también”, dijo. Lo primero que esculpió fue su mano izquierda y, como lo haría con el resto de su obra, el volumen deformado fue protagonista.
Vida y obra de un artista único
Después de estudiar unos años en el colegio, a los 12 años Botero ingresó a una escuela para toreros en Medellín, una enseñanza que marcó su vida y parte de su obra, que en parte está dedicada a la estética taurina.
A los 16 años vendió su primera obra en un mercado de Medellín, la cual era representaba una estética influenciada por la tauromaquia.
Según relató el artista, el adolescente Botero fue expulsado de la secundaria por un artículo que escribió sobre Picasso y por sus dibujos, que según los sacerdotes de la escuela eran pornográficos.
Sus ilustraciones eran publicadas por el periódico El Colombiano, el más importante de la ciudad, y con el sueldo financió el fin de su bachillerato y los primeros viajes que lo llevaron a Europa y Estados Unidos.
En la década del cincuenta, Botero llegó a Bogotá y se empezó a juntar con los artistas vanguardistas de la época, dados al indigenismo y el nacionalismo.
Hizo dos exposiciones, un mural importante, ganó un premio y así logró recursos para trasladarse a Madrid y luego a Paris. A finales de esa década, Botero volvió a Colombia y se casó con Gloria Zea, una reconocida gestora cultural y coleccionista con quien se fue a vivir a México.
Botero y su esposa en los años cincuenta.
Desde allí, desarrolló una lectura crítica del arte nacionalista que proponían los muralistas mexicanos, así somo del arte moderno que se impartía en Europa. Y empezó a consolidar lo que sería la línea que lo daría a conocer por el mundo, marcada por las naturalezas muertas y los volúmenes expandidos con colores muy vivos.
En la década del setenta Botero incluyó en sus enormes lienzos, de esos que se llevan la atención de una sala, a miembros de la familia antioqueña. En los años ochenta empezó a retratar personajes de gran estima, como la familia presidencial. Por entonces comenzó su declive porque la crítica del arte no vio con buenos ojos que se acercara a las élites reales de Europa y a los alcaldes de las grandes ciudades.
Fue gracias a ese acercamiento a las élites que las inmensas esculturas de Botero llegaron a la Quinta Avenida de Nueva York y a la avenida del Prado de Madrid.
Pero, para los críticos del arte, fue un estilo de sentencia, tanto así que la reconocida crítica Rosalind Krauss calificó su obra de “patética”, porque lo que antes representaba una crítica vehemente se volvió un ejercicio de entretenimiento y decoración para las salas de los ricos y famosos.
La última víctima fue baleada desde una moto tras detener su vehículo para hablar por teléfono. Es el homicidio número 16 en agosto.
El automóvil de la víctima quedó con las luces encendidas.
Un joven detuvo su moto para hablar por teléfono y fue asesinado a balazos por desconocidos que circulaban en una moto por el barrio Empalme Graneros, en el noroeste de Rosario y se trata del homicidio número 180 en lo que va de 2023.
Según informaron los medios rosarinos, de acuerdo con los primeros testimonios, la víctima, quien tendría unos 25 años, se trasladaba en un vehículo Renault Clío negro y detuvo su marcha a la altura de las calles Colombia y Esquiú, minutos antes de las 20, para realizar una llamada telefónica.
Los testigos indicaron que fue en ese momento cuando por Esquiú apareció una moto roja y uno de sus ocupantes disparó contra el joven que resultó gravemente herido y murió dentro del auto, que quedó prendido y con las luces encendidas.
Los atacantes huyeron por Esquiú y los vecinos dieron aviso a la Policía, pero nadie pudo ver claramente cuántos fueron los sicarios que intervinieron en el caso.
En tanto, se indicó que durante las primeras pericias habrían encontrado siete vainas servidas, aunque una vecina aseguró haber escuchado “más o menos veinte tiros”.
Momentos después, arribaron al lugar los familiares del joven, mientras que el personal policial trabajó en la escena del crimen a la espera de la Agencia de Investigación Criminal (AIC).
Ocurrió en la madrugada de este miércoles en Pasco al 7600, en el barrio Santa Lucía, en la zona oeste
Una casa ubicada en Pasco al 7600 fue atacada a tiros en la madrugada de este miércoles. Según relató el hombre de 43 años que vive allí, el autor de los disparos fue un sicario que le dijo que acababa de salir de prisión y que él vivía ahí, donde además vendía droga.
De acuerdo a la denuncia radicada por la víctima ante la comisaría 32ª, cuatro sospechosos fueron hasta su domicilio, y cuando atendió uno de ellos le exigió el pago de medio millón de pesos por estar en la casa donde él vivía antes de ser detenido.
Como el hombre que vive en Pasco al 7600 le pidió los papeles de la casa, el delincuente le respondió que no tenía, le sugirió que no llame a la Policía y le comentó que portaba una ametralladora.
Cuando la víctima entró nuevamente a su casa escuchó tres disparos que dieron en el tapial y en el portón de la propiedad.