Estados Unidos analiza impedir que el Fondo Monetario Internacional (FMI) utilice esta semana una de sus herramientas más poderosas para ayudar a los países a enfrentar el impacto del coronavirus: crear una nueva partida de Derechos Especiales de Giro (DEG), en este caso contra dos de sus rivales, China e Irán.
Economistas, ministros de Finanzas y organizaciones sin fines de lucro apoyan la creación de los nuevos derechos -una medida equivalente a que un banco central «imprima» nuevo dinero- y que podría brindar hasta 500.000 millones de dólares en liquidez para los 189 países miembros del FMI.
Autoridades financieras debatirán el tema durante las reuniones virtuales de primavera boreal del FMI y el Banco Mundial. Múltiples fuentes con conocimiento de las discusiones afirmaron a Reuters que Estados Unidos, que tiene una participación dominante en el fondo, se opone activamente al nuevo financiamiento.
El gobierno del presidente Donald Trump no quiere que China e Irán tengan acceso a miles de millones de dólares en nuevos recursos sin condiciones, dijeron dos de las fuentes.
Los DEG, en dólares, euros, yenes, libras esterlinas y yuanes, son la unidad oficial de cambio del FMI. Los países miembros los tienen en proporción a su participación en el fondo.
El FMI aprobó por última vez una nueva partida de DEG por 250.000 millones de dólares en 2009, durante la última crisis financiera, apuntalando la liquidez de países que sufrían escasez de efectivo.
Hacerlo nuevamente podría brindar más flexibilidad a los 100 países que ya buscaron préstamos y subsidios de emergencia del FMI, como China e Irán; y permitiría nuevos créditos a países con cargas de deuda «insostenibles», como Argentina.
Una expansión de los DEG recibió el respaldo de algunas celebridades, como el inversor George Soros y la organización de lucha contra la pobreza ONE del vocalista de U2, Bono, además de organizaciones sindicales y grupos religiosos. Algunos dicen que 500.000 millones de dólares es muy poco.
«Si alguna vez hubo un momento para una expansión de los fondos internacionales conocidos como Derechos Especiales de Giro, es ahora», dijeron el exsecretario del Tesoro de Estados Unidos Larry Summers y el ex primer ministro británico Gordon Brown, en un artículo de opinión publicado el miércoles en The Washington Post.
La oposición del gobierno de Donald Trump llega en un momento en que la tensión entre Estados Unidos y China está aumentando debido al coronavirus y una guerra comercial de larga duración. Mientras que el conflicto entre Wahington e Irán lleva décadas pero recrudeció con la actual administración estadounidense y casi se volvió un conflicto armado en enero.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos preferiría ver que el FMI se centre en usar su 1 billón de dólares en recursos existentes, incluidos 100.000 millones de dólares en préstamos y subvenciones de emergencia, para ayudar a la respuesta sanitaria de los países a la crisis, dijeron las fuentes.
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, planteó por primera vez la posibilidad de una asignación de DEG el mes pasado, pero fue rápidamente desestimada por funcionarios de Estados Unidos, que tienen un veto efectivo sobre las decisiones importantes del fondo.